Mi corazón me traicionó, a quemarropa y sangre fría
tomo mis más grandes debilidades y me atacó a matar, me dejó sola triste y vulnerable.
Con dos caminos, opcionales y el peor era el más viable, me ahogué de tanto llorar, sufrí de tanto pensar ....
Hasta que entendí que lo que tenía que hacer era dejar de luchar para al fin poder descansar, tenía que dejarme llevar, y sentir al viento mi cuerpo acariciar.
Dejar de sufrir por morir o para la vida disfrutar.