Desde siempre este a sido de mis poemas favoritos, así como de los primeros que leí, la primera vez que lo leí se me hizo tan hermoso como incomprensible... Es extraño, pero me encantó!, aunque no entendía muchas cosas de las que quiso decir aquí el poeta Jaime Sabines, ahora lo sé, lo entiendo y me duele.
Es difícil percibir el dolor a través de una obra de arte como está, lo fácil es leerlo superficialmente y asombrarse por la conjunción perfecta de las palabras, pero difícilmente sientes en verdad lo que sentía el artista al escribir ...
Casi como cuando se interpreta una canción, el público la disfruta y el intérprete la siente, la sufre, la vive.
Hoy leo este poema y me gusta cada vez más, pero lo leo y me duele, me hace llorar desconsoladamente porque quiero curarme de ti, quiero hacer una hoguera del amor que te tengo, de mi devoción por ti, quiero dejar de usar mi lenguaje de amor lateral y subversivo contigo y que finjas no comprenderlo... Quiero salir de aquí.
Pero no puedo, y se que el día que lo logre no me lo voy a perdonar.
“Derribé la pared más oculta de tu alma y fui a dar al patio de un alma vecina…”
JS
“Espero curarme de ti”
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»… Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.